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Ignacio Gonzalvo

Aragón, reino y Corona

Aragón, reino y Corona

ARAGÓN, REINO y CORONA

Uno ya está hasta la línea de flotación de tantos mandantes, timadores y chorizos. Que sí hombre, ya vale de tanta manipulación y mala fe. Eso mientras los que saben se callan, porque son unos mierdecillas, unos vendidos o por lo que dirán o porque les interesa.

En toda mentecatez es bueno recordar nuestra historia, que es la del Reino de Aragón, que desde el siglo onceno en que Ramiro I, contemporáneo del Cid, sentaba las bases de un reino que abarcaría Aragón, Valencia, las Mallorcas, Barcelona, Sicilia, Cerdeña, Nápoles, Atenas, Neopatria, el Rosellón y la Cerdaña, y terminó formando la actual España en 1469 gracias al enlace entre su rey Fernando II de Aragón e Isabel, reina de Castilla.

Esto es el hecho cierto y no lo cambian ni el mucho morro de nuestros vecinos ni inventarse mentiras de un patrimonio que siempre ha sido históricamente nuestro, incluído el manejo exclusivista y fraudulento de las famosas barras que eran Senyal real no de un reino o territorio, sino de una familia o casa reinante que, como matizó Pedro IV en el siglo XIV, tiene Aragón como título y nombre principal. Casa reinante que absorbió a la casa de Barcelona, extinguida en 1150 por mutua conveniencia y deseo del titular de esa última, el conde Ramón Berenguer, que al casarse con Petronila, hija mayor de Ramiro I el Monje, rey de Aragón, en el barrio del Entremuro barbastrense, adquirió como propio un linaje superior, pero renunciando al suyo, no titulándose más que príncipes junto a su esposa regina; de modo que el hijo de ambos, ya con Barcelona incorporada a la corona de Aragón, se titulo rey de Aragón y nunca de Cataluña.

Por todo, quiero recordar que existió una corona aragonesa que constituyó el imperio más extenso del occidente medieval. Así que, orgulloso me siento, como aragonés de pura cepa, de aquel digno, noble y viejo Aragón, olvidado, marginado, asfixiado por la perra política de este perro país que con sus manipulaciones y mentiras, están convirtiendo a este lugar llamado España, como diría Arturo Pérez Reverte, en una casa de putas que no la conoce ni la madre que la parió.

Artículo de Luís Borruel Cladelle

Barbastro (Huesca)

publicado en Heraldo de Aragón de fecha 02/11/08

 

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